Cristy Visita imprescindible en la Sierra de Aracena es recorrer las 4 aldeas de Alájar. Una ruta que puede hacerse en coche o practicando senderismo, ya que estas aldeas están bien conectadas por senderos señalizados. En esta ocasión, nos paramos en Los Madroñeros. Y es que esta aldea bien merece una visita propia, pues el tiempo parece haberse parado en ella. Por algo la llaman la aldea invisible.
El tiempo detenido en la aldea invisible
Las 4 aldeas de Alájar llaman la atención del visitante. Son muchos los que se animan a recorrerlas a través de la Ruta de las Aldeas, pasando por la ruta de los molinos. Un recorrido que puede hacerse completo, o por tramos. Nosotros la conocemos bien, pues vivimos en una de estas aldeas en la actualidad, y sabemos además que los visitantes quedan fascinados. No solo por la belleza del paisaje, también por la conservación de sus casas, sus huertas, sus tradiciones, y el día a día de sus habitantes y lugareños.
Nuestra opción preferida para llegar a Los Madroñeros es a través de la aldea El Collado, tomando la conocida carretera de San Bartolomé, o camino de Campofrío. A 15 minutos a pie, o 2 minutos en coche, habrá que tomar el desvío a la izquierda que indica Ermita Virgen de la Salud. Nos adentramos ahora en un carril con poco desnivel y de gran belleza, por lo que es ideal para hacer con niños y disfrutar de la contemplación del ganado en sus fincas. A los 20 minutos, divisamos ya Los Madroñeros.
Nada más llegar, llama la atención la tranquilidad de sus calles. Sentirás que se ha parado el tiempo en esta aldea invisible. Calles cortas e irregulares, y una configuración parecida a la de Alájar, dejan ver casas y casas que parecen abandonadas. Algunas de ellas lo están, y es que Los Madroñeros quedó casi deshabitado cuando sus habitantes emigraron o decidieron ir a vivir a Alájar, mucho mejor comunicado.
Arquitectura popular y tradición en Los Madroñeros
La visita de esta aldea está llena de detalles. Desde chimeneas que nos indican la presencia de antiguos hornos de pan en sus casas, empedrados típicos en alguna de sus puertas, una plaza triangular que parece salida de una película, y una ermita atípica para las proporciones de esta peculiar aldea invisible.
La Iglesia de nuestra Señora de la Salud data de 1843, según el inventario general de la parroquia de Alájar. Normalmente permanece cerrada, salvo contadas ocasiones como en la fiesta de su patrona, la Virgen de la Salud, que se celebra el último fin de semana de agosto. Como curiosidad, la sacristía posee una especie de sótano solo accesible a través de una trampilla. Verás una pequeña ventana en la puerta principal desde la que podrás echar un vistazo a su interior, y observar la sencillez y a la vez la belleza de esta peculiar iglesia enclavada en este lugar tan inhóspito.
En la actualidad, algunos habitantes de Alájar tienen aquí sus casas como segunda residencia, que suelen usar para las fiestas, o para algunos fines de semana. Encontrarás además algunas huertas o ganado por la zona, lugar idílico por su tranquilidad.
Hasta aquí, habrás comprobado que hemos llamado “aldea invisible” a esta aldea en varias ocasiones. Cuenta la leyenda que la aldea no fue tomada por los franceses, pasando desapercibida para las tropas de Napoleón por su ubicación e inaccesibilidad. Su localización entre varios cerros la hacen prácticamente invisible, y no es hasta que no la alcanzas que puedes admirar toda su belleza.
Hora de partir, y te recomendamos hacerlo por el mismo camino de la ida. Si te animas, sube la famosa “cuesta de los muertos”, que parte desde la fuente de arriba, pero deberás tener en cuenta la gran pendiente. Llegarás a Alájar en unos 20 minutos, tras haber disfrutado de uno de los rincones más especiales de la Sierra de Aracena.
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